Todos y todas somos
conscientes de que en Europa, en los últimos años, se está dando
un fenómeno que se nos está imponiendo cada vez más y más, y ante
el que muchas veces es difícil saber cómo reaccionar.
Pero la cuestión no es sólo
saber reaccionar ante esto, sino que además, deberíamos plantear
las siguientes preguntas:
- ¿Estamos realmente preparados para hacer frente a la situación actual de encontrar hasta diez o más nacionalidades distintas dentro de una misma aula?
- ¿Sabemos cómo afrontar el fenómeno de la multiculturalidad?
- ¿Hay algo que se pueda hacer para afrontarla o sólo aguantar "el chaparrón" y salvar los trapos de la mejor manera que podamos?
- ¿Qué recursos podemos utilizar para ayudar a esos chicos y chicas de diferentes culturas y nacionalidad a conocer la cultura receptora?
- ¿Debemos ignorar su cultura y enseñarles la nuestra como la ÚNICA CULTURA o por el contrario recibirles de forma positiva e intentando verles, no como una amenaza para nosotros, sino como una posibilidad de enriquecimiento cultural y lingüístico para nosotros y el resto de alumno/as que estén en la clase, en el centro y en toda la comunidad educativa?
Esta realidad exige una
respuesta, compleja en la mayoría de las ocasiones, encaminada a
tratar aspectos tales como el conocimiento mutuo de culturas, con
usos y costumbres de distinta significación y, a veces, hasta
contradictorias o de difícil concepción. Sería
una muy buena idea crear un Banco de datos de Recursos en el que
todos los profesores y profesoras, padres y madres, y cada uno de los
miembros de la comunidad educativa, pueda aportar ideas, así como
tomarlas para poner en práctica en su aula, hogar o incluso
comunidad de vecinos.
Para
ello, debemos promover siempre, como principio fundamental, el
RESPETO a todas las culturas que coexistan en un entorno determinado,
teniendo siempre como referente los principios recogidos en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, nuestro propio
ordenamiento jurídico con la Constitución.