La riqueza de
culturas es uno de los grandes valores de la sociedad actual. Un
valor que las familias deben asumir y transmitir a las y los más
pequeños, de forma que éstos crezcan asumiendo que la diversidad es
algo completamente positivo y enriquecedor. Desde edades tempranas,
los niños y niñas empiezan a ser conscientes de las diferencias con
respecto a personas de otras culturas, y pronto son capaces de emitir
juicios de valor a propósito de esas diferencias.
En
ocasiones se habla de multiculturalidad como la aceptación de que en
un espacio determinado coexisten personas diferentes. No obstante, el
concepto va mucho más allá. Tiene que existir un respeto hacia
todas esas culturas diversas. Un respeto que se debe inculcar en los
más pequeños, y el hogar es el primer lugar para empezar a hacerlo.
Hay formas
divertidas de abrir los ojos y la mente de los más pequeños.
Algunas ideas que empiecen a introducir al niño o la niña en el
concepto de riqueza multicultural pueden surgir en los viajes y las
salidas en familia, puesto que no hay mejor escuela que la que se
percibe con los propios ojos.